Por: Laura Vargas y Andrés Macías

 

Ubicados en la carrera 18 C # 125- 67 en Bogotá, la noche nos da la bienvenida con una boca de hipopótamo gigante que nos invita a encontramos con un ambiente muy peculiar lleno de experiencias únicas.  Al entrar vimos que se trataba del Parque Safari Restaurante, un restaurante temático donde se puede compartir un rato agradable con familia y amigos.

 

Al sentarnos en las sillas de madera, rodeados de bambú y árboles con la sensación de estar en medio de la selva, sentimos la presencia de un gran tigre de bengala de peluche, rugiendo cerca a nuestros oídos encima de un inmenso muro de piedra y al lado la sombra de un elefante junto con su cría que nos cubría mientras esperábamos que nos tomaran la orden. Luego de cinco minutos llegó Alejandro, uno de los meseros, quién nos trajo la carta con gran variedad de platos.

 

La especialidad es la parrilla americana y las hamburguesas, especialmente pensadas para los niños. Quedamos impactados con un reto llamado Safari Challenge Serengeti para verdaderos depredadores, consiste en ingerir en 45 minutos una hamburguesa que consta de 2.000 gramos con el costo de 78.000 pesos; si se logra la meta al consumidor le sale su cuenta gratis, le obsequian regalos y un puesto en el hall de la fama.

 

En la espera del pedido, nos dimos un recorrido por el lugar. Nuestro rostro se ilumino con un círculo azul ubicado en el techo y muchas plantas, distraídos con su esplendor nos encontramos de frente con una cascada y un cocodrilo que invitaba a los niños a jugar en el parque del lado.

 

En el camino, Alejandro nos acompañó al piso de arriba donde nos esperaban una boa, un mico y un tucán para mostrarnos más exotismo y escuchar la historia de su hábitat. La idea de crear este proyecto fue de Camilo Lozada y óscar Espinosa, quienes trajeron la selva a la ciudad por la iniciativa que tuvo un restaurante en Orlando.

 

El restaurante nació el 28 de Julio de 2012 y en los años que lleva en circulación ha tenido gran acogida por parte del público, y lo notamos en seguida ya que los dos pisos contaban con un gran número de personas. Su usuario potencial es el niño, se centran en hacerlo divertirse e interactuar con animales mecánicos en un entorno poco común.

 

Al igual que ellos, nos divertimos mucho conociendo este sitio que nos brinda visitar algo diferente a donde visitamos con frecuencia, dándonos cuenta que para sentirnos en la selva no hay que salir de Bogotá, no se pueden perder esta sensación ¡vivan la experiencia!